2 de mayo de 2012

Historia breve (pero muy bestia) de una novela moderna


Todo empezó hace unos años en este mismo blog, a modo de experimento, en el que empecé a escribir una historia en tiempo real, en primera persona y en formato diario. Al empezar solo tenía una idea muy general de los temas que quería tocar: superhéroes por un lado, pero superhéroes que pudieran pasar por reales en nuestro día a día, y la indiferencia, la pasividad y el pasotismo de todos nosotros, la sociedad en conjunto, ante los males que afligen a los que nos rodean. Durante unos pocos meses me dejé guiar por las musas e improvisé sobre la marcha; me transformé en un superhéroe, literalmente. Las sorpresas empezaron al comprobar que, a medida que pasaban los días y las entradas se sucedían, más gente estaba pendiente de mi pequeña historia e incluso hubo personas que llegaron a preocuparse por mí, creyendo que lo que estaba contando me sucedía de verdad. ¡Incluso algunos se atrevieron a darme consejos para evitarme problemas!

Llegados a ese punto tuve que aclarar que aquello era un relato de ficción, y entonces fue cuando los lectores empezaron a preguntar, cada vez con más insistencia, si aquello se publicaría en formato libro una vez finalizara el relato. La verdad era que nunca me había planteado aquella posibilidad y, hasta muchos meses después, cuando me decidí a terminar la historia al fin, no pensé de nuevo en ello. Entonces me hice la gran pregunta: si más de 20.000 personas a lo largo y ancho del planeta, que eran aproximadamente el número de las que yo tenía conocimiento, habían disfrutado con aquella historia, ¿por qué no convertirla en un libro? ¿Por qué no intentarlo? Siempre me ha gustado escribir, y hasta entonces había empezado novelas que no había terminado porque nunca me había planteado que lo que yo contaba pudiera interesar a nadie más que a mí, pero lo que había sucedido con aquella historia en un blog me había abierto los ojos. Tal vez lo que yo escribía sí resultaba interesante a algunas personas.

Así fue como me decidí y me lancé a la caza de una editorial. Antes me informé un poco de cómo funcionaban las cosas, preparé una buena propuesta editorial, y empecé a mandar e-mails, también a agencias literarias. Para mi sorpresa recibí unas cuantas respuestas positivas de forma bastante rápida, y en algunas de ellas me pidieron el manuscrito completo. Pasaron unos seis meses hasta que encontré una editorial que quisiera editar la novela. No era una gran editorial, era más bien pequeña, pero aquello era un comienzo y parecía que querían apostar por mi historia. Digo parecía porque, si bien la cosa empezó bien y salieron tres ediciones en castellano y una en catalán a lo largo del primer año, la distribución, tratándose de una pequeña editorial, no funcionó como cabía esperar y menos si no hay un esfuerzo y una constancia detrás por parte de los responsables de la edición. Durante un tiempo me estuvieron llegando e-mails y mensajes de personas que intentaban hacerse con el libro sin éxito, y yo llegó un momento en que no sabía qué responder. A pesar de los problemas logísticos, además del problema que de por sí supone ser un autor novel, durante ese año me dediqué en cuerpo y alma en dar a conocer mi obra, ya que creía (y creo) sinceramente en ella, y pronto empezaron a llegar las reseñas, la gran mayoría muy positivas, entrevistas en programas de radio, etc… Durante ese tiempo conocí a un agente literario que movió sin compromiso la novela a dos grandes grupos editoriales (cuyos nombres por ahora prefiero omitir) y ambos, tras pasar por los comités de lectura y los diferentes niveles de evaluación, mostraron su interés en editar la novela, pero no mientras los derechos estuvieran cedidos a otra editorial, como era el caso. Poco después la novela llegó a manos de una productora de cine y, tras leerla todo el equipo, quedaron prendados de ella y me propusieron hacer un largometraje, una adaptación para cine, que actualmente está en desarrollo.

Hoy, tras un año infernal luchando para evitar que mi ópera prima quedara abandonada en el fondo de un almacén olvidado, hace justo una semana he recuperado al fin los derechos de edición de la novela que, por ahora, podéis encontrar en Amazon en formato e-Book. Curiosamente se titula «Hoy me ha pasado algo muy bestia». Y esto último no es ninguna broma, palabra.