21 de enero de 2011

Microrrelatos superheróicos


Os comenté el mes pasado algo sobre el concurso de microrrelatos sobre superhéroes que había convocado el programa de Radio21, Castillos en el Aire, después de leer Hoy me ha pasado algo muy bestia. El caso es que se recibieron una buena cantidad de micros y, este fin de semana, como parte del jurado, los leí todos y me tocó votar a mis favoritos.

A continuación os dejo el relato ganador y los siguientes microrrelatos que más me gustaron:

RELATO GANADOR:

EL CHICO RELAMPAGUEANTE

En vez de poder acelerar mi percepción y moverme en un plano en el que un segundo equivale a un minuto, hubiera preferido tener superoído o superfuerza. Así no habría despertado colgando de un arnés en la presa, atado a una bomba de relojería. Seguro que fue el Doctor Estronguer, tan rebuscado él. Y eso que ni debe tener el doctorado. La cuenta atrás marca tres minutos y siete segundos. Como acto reflejo, ralentizo el tiempo para contar con tres horas y siete minutos. Quizá sea suficiente para idear una solución.

Tres horas después, estoy igual y sólo me quedan siete minutos: no encontré salvación posible. Estoy tentado de regresar al tiempo normal para no alargar esta tortura. Sólo siete segundos. Eso no es nada. Pero... no quiero morir todavía. Podría hacer un esfuerzo final: multiplicar mis poderes y convertir estos siete minutos, ¡no, seis!, estos seis minutos en al menos tres horas más. Pero, ¿y si me desmayo y la explosión me desgarra lentamente? Prefiero que me mate al instante. Vamos allá. Vamos. A la una, a las dos... a las dos... ¡Ánimo, Carlos, que no te llamen “El Chico Relampagueante” por nada!

¡Ya!
Cinco, cuatro, tres, dos...

¡Maldito “Desactivador Alado”! ¿Por qué los superhéroes siempre llegan en el último segundo?

Escrito por Víctor Pintado

HÉROES DE ACCIÓN

Hoy un héroe se ha sacrificado por salvar mi vida y yo le he quitado la máscara para conocerlo.

Lo he visto cubierto por una sábana blanca, como se cubre a los héroes con su capa cuando caen en combate. Lo he visto a través de un cristal, como se contempla un juguete de acción a través del escaparate de una tienda.

Está ahí, perfectamente embalado y expuesto, y captando toda mi atención mientras mi madre llora a mi lado, porque el juguetero le está explicando que ya no tiene arreglo...

Llevo toda la vida pidiéndolo y, de repente, ahí está. Y quiero que alguien me lo compre. Y quiero entrar a desembalarlo. Y quiero traerlo de vuelta a la vida.

Necesito abrazarlo para darle cuerda a sus destrozados engranajes, para hacerlo hablar tirándole del ya roto cordel. Necesito romper todo ese embalaje —las máquinas, los tubos, las agujas…— para desatarlo, para repararlo, para vivir con él innumerables aventuras y hazañas; para que sea mi superhéroe… pero ya es tarde.

Al menos, al fin, le he quitado la máscara para conocerlo. Hoy he conocido, de verdad, a mi padre.

Escrito por Josué Ramos

FORMOL

Nací el 20 de mayo de 1915. Mi nombre era Antonio Molina. Estuve ahí cuando Franco derroco al gobierno, estuve cuando destruyeron Guernica, y estuve entre los que desertaron y fueron drogados, ahogados en formol, y encerrados en una fosa.

Pensé que sería el fin, pero no fue así. Dormí durante mucho tiempo, abandonado, herido, y sintiendo cada segundo pasar. Hasta que un buen día, me rescataron.

Creí que no había pasado más que algunos días, tal vez una semana ahí en la obscuridad, pero el presidente en persona me informo que estábamos en el año 2009. Sesenta años.

Aunque me trataban como un héroe de guerra, yo estaba harto de las comodidades y los lujos. Quería volver a la acción. Así que ellos me ayudaron y me volvieron algo que era muy popular en estos tiempos. Un superhéroe.

Pronto, la escoria de las calles sólo hablaba de una nueva amenaza, una contra la que las balas rebotaban al contacto de su piel, una que levantaba automóviles sobre sus hombros, una que sabía de peleas callejeras cómo nadie, y que aparte de todo, tenía la puntería y la destreza de los mejores soldados. Y le dieron un nombre: El Francotirador.

Escrito por Luis Enrique Mejía Rodríguez


Podéis leer el resto de microrrelatos superheróicos desde la web de Castillos en el Aire.

Desde aquí mi enhorabuena a todos los participantes. Es posible que, cuando saquemos la 3a edición de la novela el mes que viene, monte otro concurso parecido desde aquí y como premio, evidentemente, habrá alguna novela firmada y dedicada... y quizás alguna cosilla más.

No hay comentarios: