1 de mayo de 2007

Primera fase

Aquellos hombres tenían cuernos y en lugar de hablar balaban. Corrían por calles estrechas, empinadas, flanqueadas por altos edificios grises, y cuando se encontraban cruzaban aquellos enormes cuernos de carnero en combate singular.

Así comencé el aprendizaje hace ya unos días, cuya primera fase ha terminado hoy. Estoy agotado, tanto que no puedo dormir, y eso que desde el pasado viernes no he dormido ni un minuto, así que escribiré hasta caer rendido.

Lo primero que he hecho hoy al llegar a casa ha sido llamar a Sara, y luego a Rafa. No han sabido nada de mí desde el viernes, cuando les advertí de que podía estar varios días sin dar señales de vida. Juan Blanco había sido muy vago en sus predicciones, por lo que cuando hablé con ellos no tenía ni idea del tiempo que me iba a llevar aprender todo lo que tenía que enseñarme. Me había dejado muy claro que dependía de mí.
Mañana cenaré con Sara, y el jueves he quedado con Rafa, que llamará a Xavier, y nos veremos en el Menta Negra, para variar. Es lo que tiene vivir en un pueblo de mierda con un solo bar decente.

Cuando salimos del cine caminamos hasta el metro sin decir una sola palabra. Yo intentaba asimilar lo que había visto. Entender aquella rareza y además captar la relación que podía tener conmigo, con Juan Blanco y con el adiestramiento que supuestamente había empezado ya. No me atreví a preguntar cuando nos despedimos, y él tampoco dijo nada, se limitó a sonreir. Cuando crucé la barrera de entrada al metro y me volví para verle él ya no estaba, como había esperado.
Aquella noche soñé con cabras con cabeza de hombre que hablaban en lugar de balar y trabajaban en una enorme oficina que no parecía tener fin. Fué un sueño bastante inquietante, que además no me ayudó a comprender una mierda.

El viernes al salir del trabajo Carmen contactó conmigo para indicarme el lugar de mi próximo encuentro con Juan Blanco. El viejo me esperaba frente al Museo de Ciencias Naturales, en el Parque de la Ciudadela, a las diez de la noche. Tuve el tiempo justo de ir a casa, darme una ducha rápida, cambiarme, llamar a Sara para decirle que tenía ganas de verla, y volver a Barcelona.
Me bajé en Arco de Triunfo y caminé por el paseo hasta la entrada del parque. Entonces, frente a las enormes puertas de hierro negro que me impedían el paso, recordé que lo cierran a las nueve, por lo que tuve que saltar la valla que lo rodea después de asegurarme de que no había ningún guardia de seguridad cerca. "Empieza bien la noche", pensé.
Llegué a la entrada del museo dos o tres minutos después, y allí estaba él, esperándome. Esa vez había prescindido de usar sus trucos de "magia", lo que contribuyó a enfatizar aquella sensación que había crecido en mi interior a lo largo del día de que aquella noche empezábamos de una vez por todas con mi entrenamiento. Sin mediar palabra hizo un gesto para que le siguiera y acercándose a las puertas del museo sacó de su nívea chaqueta un manojo de llaves, y utilizando una de ellas escogida al azar -al menos esa fué la sensación que tuve- nos abrió paso a su interior.
-Hace unos años trabajé aquí -fué la respuesta a mi pregunta no formulada -. Y tranquilo, no te he leído la mente, simplemente he observado la duda en tu rostro -añadió. Su sonrisa paternalista y a la vez misteriosa, y sus deducciones siempre acertadas, empezaban a molestarme.
Nos adentramos escaleras abajo en el edificio, con la sensación de que desde la oscuridad nos observaban enormes esqueletos de dinosaurios, rarezas genéticas conservadas en sus botes de formol y animales disecados agazapados en las sombras, que parecían esperar eternamente a volver a la vida. Cuando llegamos al nivel más bajo, Juan Blanco volvió a sacar el manojo de llaves y abrió otra puerta.
-Aquí es dónde empezará tu adiestramiento -dijo, señalando la completa oscuridad que había al otro lado -. Debes entrar ahora. Yo entraré detrás de tí en un momento.

Desde que entré en aquel lugar hasta que he salido han pasado tres días y cuatro noches, aunque a mí me han parecido tres meses por lo menos. No he comido, ni bebido, ni dormido, y apenas he podido pensar en nada que no fuera lo que allí sucedía. Ésta mañana, cuando al fín hemos salido, Juan Blanco me ha dicho que ya estoy listo para la siguiente fase, pero me ha dado unos días de descanso.
Ahora mismo no me siento preparado para describir todo lo que he experimentado. Aún estoy procesándolo. Ni siquiera tengo claro dónde he estado metido. Eso sí, a pesar del cansancio, me siento más fuerte y capaz que nunca.

Creo que es el momento de irme a la cama. A ver si consigo dormirme de una jodida vez.

5 comentarios:

Babilonios dijo...

O.o No nombras la peli y encima pasas del tema?

jajajajaja

Cuánta intriga!!!

Saludos

Daniel Estorach Martín dijo...

La película la describo en el primer párrafo y sí, va de hombres-cabra/cabrones, creí que había quedado claro XD

La relación con el tema que nos ocupa quedará clara más adelante, aunque yo pensaba que era bastante obvia.

Es algo metafórico...

Un saludo.

Babilonios dijo...

La noche de los cabrones vivientes?

Es que no caigo

xDD

Vinieron dentro de... Cabras.

El último cabrón sobre la tierra...

Resident ICO...

No se me ocurren más...

A ver lo que pasa.

Saludos

QuiveringStar dijo...

Ufff te había pegado una parrafada pero se me ha borrado antes de enviarla. Espero poder decirte todo lo que he escrito antes, aunque el sueño empieza a apoderarse de mí.

En primer lugar está el tema del contenido: llevas muchos posts usando el mismo truco - contar pero no contar para captar la atención del lector y obligarle a seguir leyendo. Es un buen truco usado de manera balanceada. Si continúas con él pero no ofreces material real para que el lector sacie su sed, acabarás perdiéndolo.

En segundo lugar está el tema del estilo. Creo que te has dejado llevar por la necesidad de escribir y que se te reconozca y que cada vez quieres escribir con más asiduidad pero las prisas te hacen descuidar el lenguaje. Si no te leemos en dos días tampoco pasará nada. Vigila las formas, haz que las cosas se entiendan, no sólo para ti (si tu intención es que te lean otros, claro) y vuelve a usar las figuras retóricas. Piensa un poco en cómo escribes antes de darle al botón enviar.

Ah y creo que ya te lo dije pero el nombre del bar me tiene fascinada. Tendré que crearme mi propio Menta Negra o renombrar alguno de mis sitios favoritos.

Un placer leerte, como siempre :) aunque me temo que desde que te leo escribo mucho menos, me falta tiempo!

Danie dijo...

hola tocayo :)

vengo a preguntarte si te interesa que tu blog y el mio sea linkeado...

mi blog es www.semastemidoqueamado.tk si te interesa linkearnos mandame un email a dani.x64@gmail.com

gracias, saludos y suerte con tu blog!