24 de marzo de 2007

Malas nuevas

Éste mediodía mi vecina Magda me ha invitado a comer y me he enterado de que el vecino del cuarto, el maltratador, ha regresado del hospital. Lo trajeron ayer noche mientras yo estaba en el cine. Al parecer tiene que guardar cama por un tiempo. Por mí cómo si se queda en ella de por vida, así no podrá volver a pegar a ninguna mujer.

Magda es una buena mujer, inteligente y cultivada, además de atractiva para su edad. Siempre que la he visto va bien arreglada y se nota que se cuida. De ahí que antes de conocerla le pusiera unos 50 años. Es víuda desde hace cinco años, y con su marido nunca pudieron tener hijos, pero dice restándole importáncia que su Antonio le dió siempre el cariño que necesitó y más.

Mientras comíamos ha puesto las noticias en la tele, a las que no hemos prestado demasiada atención contándonos nuestras respectivas vidas. Hasta que han anunciado "la muerte de A. F. Gómez, guardia de seguridad contratado por la empresa Renfe, a causa de las heridas provocadas por la agresión a manos de un hombre todavía no identificado por la policía. Ha luchado por su vida durante más de 40 horas en la unidad de cuidados intensivos del Hospital del Mar de Barcelona, donde ha fallecido a las doce y un minuto del mediodía de hoy."
A continuación han salido unas imágenes de su compañero dónde declaraba que no recordaba nada de lo ocurrido, pero que deseaba que cogieran cuánto antes al culpable. Finalmente daba el pésame a los familiares y el programa daba paso a otra noticia.

Magda se me ha quedado mirando, preocupada. Yo estaba temblando y en el cristal opaco de un armario he podido ver reflejado mi rostro angustiado. Había perdido todo el color.
Entonces me ha preguntado si le conocía, si era un amigo mío. No me han salido las palabras. Tampoco sabía qué decir. Me he levantado y he salido a toda prisa de allí. Ella me ha seguido hasta el recibidor. Cuando he llegado junto a la puerta he logrado mascullar un "Perdona. Lo siento" y he salido de su apartamento para dirigirme al mío. He subido los escalones de dos en dos, he abierto la puerta con dificultad a causa del temblor que sacudía mis manos, y dejándola entreabierta he corrido hasta el baño. Dejándome caer delante de la taza del inodoro he vomitado la cena de ayer y lo que acababa de comer. Luego me he puesto a llorar.

Cuando me he tranquilizado me he acordado de la puerta y la he ido a cerrar. Me he quedado mirando la puerta del cuarto un rato, recordando la última parte de mi sueño. Luego he llamado a Rafa. Necesitaba verlo, pero me ha dicho que tenía problemas con Marta y que hoy no podría quedar. Que si quería podíamos comer juntos mañana. Joder.

¡Puta Marta de los huevos! ¡Déjala ya, Rafa, te está destrozando la vida y no te das cuenta! Aunque ahora que lo pienso, ahora mismo no soy el más adecuado para dar consejos. Mi vida se está yendo a la mierda a velocidad de vértigo.

Le he dicho que ya le llamaría mañana.

Creo que bajaré a Barcelona, me emborracharé y me meteré en algún garito hasta que me echen. Nunca he salido sólo de fiesta y quizás éste sea el momento oportuno. No quiero estropearle la noche a nadie.

En fín, como suelo decir demasiado a menudo: mañana será otro día.

3 comentarios:

Rub dijo...

Enhorabuena, te he empezado a leer en Meristation, la verdad está bastante entretenido, sigue así. Un saludo

Anónimo dijo...

Yo también te empecé a leer en meri, y me tienes enganchada! Te seguiré leyendo, sigue igual de bien :)

Saludos y ánimo!

Anónimo dijo...

animo sigue asi (yo tambien empeze leyendote en meri)