24 de marzo de 2007

Viaje de vuelta a ninguna parte

Ésta noche he matado a alguien. Ha sido en sueños, pero he sentido el sabor de sangre ajena en mi boca al despertar.

Cogía el tren después de un duro día de trabajo y me quedaba dormido. Cuando despertaba veía por la ventana lugares que no reconocía, y el resto de pasajeros estaban levantados, nerviosos. Sus rostros mostraban miedo más que preocupación. De repente, una voz robotizada informaba de que se habían equivocado al poner los destinos en la estación, y que cuando llegáramos a la siguiente parada pidiéramos en taquilla un billete de vuelta. Los pasajeros gritaron y protestaron, a la vez que corrían por el vagón y se empujaban. Yo permanecía en mi asiento, contemplando el paisaje extraño, absorto. Una eternidad después el tren se detuvo.
La estación estaba en medio de la nada. Prados y bosques la rodeaban, pero no se escuchaba el sonido del viento, ni de pájaros, ni de nada. Los pasajeros seguían gritando, pero ahora sin voz, y se agolpaban como un rebaño de animales junto al tren a medida que se bajaban. Crucé entre la multitud sin problemas, sin rozarlos siquiera, como si me hubiera convertido en un líquido que se desplazaba entre ellos aprovechando cualquier hueco o grieta, y llegué a la taquilla. Un hombre de uniforme, con una de aquellas viejas gorras de jefe de estación, me observaba desde detrás de la ventanilla. Sus ojos parecían los de un traidor, un jugador tramposo, o un mentiroso compulsivo. No miraban nunca de frente. Un bigotillo recortado y pulcro terminaba de rematar aquél aspecto de personaje de película antigua, que de repente vestía como un hampón de los años veinte de Chicago y perdía todo el color para pasar a ser en blanco y negro.
-¿Qué desea? -dijo con una sonrisa falsa, condescendiente y a la vez amarga.
Le expliqué que tenía que volver a la estación de dónde venía el tren que me había traído allí por error, y le mostré mi billete. Su sonrisa se ensanchó aún más y quedó congelado, y yo esperé. Un rato después volvió a la vida y me pidió el DNI. Busqué y busqué en mi cartera y no lo encontraba, y al mismo tiempo me preguntaba porqué necesitaría mi documento de identidad. Le pregunté si le serviría el carnet de conducir. Siguió sonriendo y meneó la cabeza como restándole importáncia. Volvía a vestir el uniforme azul y la gorra y había recuperado el color. Rellenó un impreso a mano, con una pluma, y me lo dió sin dejar de sonreir.
El impreso decía, en dos líneas:

Vale por un viaje de vuelta.
Resistente a las balas.

Cuando me dí la vuelta el tren ya no estaba, y de los pasajeros que habían llegado conmigo no había ni rastro. El andén estaba desierto. Avancé hasta un banco de madera y me senté a esperar. Me relajé bajo los agradables rayos de sol y me adormecí. Un tiempo indeterminado después un grito de mujer me despertó y reconocí a los dos guardias de seguridad, que ahora vestían monos de mecánico cubiertos de grasa. Estaban golpeando a mi vecina.
A uno de ellos le arranqué la tráquea a mordiscos y saboreé su sangre espesa. El otro huyó hacia el bosque. Después hice el amor con ella en el suelo de la estación.
Llegó el tren en el momento en que me abrochaba el pantalón, anunciando su llegada con un pitido sordo. Una columna de humo blanco delataba en el aire su recorrido.

Y entonces he despertado. Me volvía a sangrar la nariz y el sabor a sangre llenaba mi boca. He ido al baño y me he limpiado. Creo que he escupido por lo menos medio litro de sangre.

Tengo que llamar a Rafa.

2 comentarios:

QuiveringStar dijo...

Acabo de descubrirte por casualidades de estas que suceden en internet. Apuntas maneras, aunque aún te falla un poco el lenguaje. Deberías trabajar más lo que escribes antes de subirlo a la red.
Y deberías aprender a dominar un poco los ganchos. Aunque vayas escribiendo a medida que publicas, lo normal es que tengas una idea de a dónde quieres llegar y dejar pequeños anticipos al lector hará que muchos más se enganchen a tus escritos.

Saludos :)

QuiveringStar dijo...

Ah y a no ser que el sueño sea muy importante, no te recomiendo usarlos en una historia larga. Le quita verosimilitud. De momento lo que tienes que hacer es avanzar la historia. Sigo leyéndote.