1 de abril de 2007

Confirmación

Confirmado. Las dudas se han disipado y un futuro incierto me aguarda.

Quedamos ayer a las 18:00h en la escuela de Xavier, en Mataró. Mientras Rafa conducía hacia allí su viejo Golf me dijo que Xavier no sabía nada. Le había dicho que yo me estaba planteando volver a apuntarme a clases de artes marciales y que quería comprobar con él si había perdido mucho. Menudo chiste, no sé cómo Xavier se tragó aquella patraña, y mucho menos cómo accedió. Hace más o menos diez años que aparte de caminar por la montaña no hago ningún tipo de ejercicio, y es algo que todo el que me conoce sabe perfectamente.
Sea cómo sea, llegamos a la escuela puntuales. Xavier nos esperaba junto a la puerta, bajo el rótulo negro dónde se veía un serpenteante dragón chino de color verde y unas enormes letras amarillas que decían: Dragon Martial Arts. Escuela Tradicional de Artes Marciales. Había cerrado la escuela ésa tarde para que pudiéramos estar solos. Creo que se olía algo.

Cuando le dijimos que lo que necesitábamos realmente era que yo subiera al ring con él le dió un ataque de risa que duró un par de minutos que se hicieron eternos. Se detuvo al darse cuenta de que nosotros ni siquiera sonreíamos.
-¿Puedo saber porqué quieres que te destroce ésta tarde, Dani? -me preguntó, intentando contener otro ataque de risa. Estaba pensando en qué responderle cuándo Rafa dijo:
-Daniel cree que tiene poderes. Yo le he visto hacer algo fuera de lo normal, pero aún no estoy convencido. Queremos que luches con él para comprobar si es verdad.
Xavier nos miró a los dos con una media sonrisa que parecía indicar que no sabía si reirse de nuevo o empezar a pensar que nos habíamos vuelto locos o que íbamos hasta las trancas de mierda.
Pasaron unos segundos en silencio, en que él nos miraba cómo si se hallara de repente ante dos desconocidos y nosotros lo mirábamos a él, intentando confirmarle con nuestro silencio y nuestra expresión grave que no le estábamos gastando ninguna broma.
Finalmente dijo, sin convicción:
-Ésto va en sério..., ¿no?
Asentimos los dos al mismo tiempo. Xavier bufó, se encogió de hombros y nos dijo que le siguiéramos a los vestuarios.

Diez años después volvía a enfundarme mis viejos guantes gastados, que aún guardaba cómo recuerdo, unas espinilleras, y un protector bucal. Me sentí ridículo, a la vez que gilipollas. Xavier, además, me obligó a ponerme un casco protector. La verdad es que no recuerdo que los usáramos cuándo hacíamos kickboxing.
Rafa se acercó a él y escuché que le decía que no se contuviera. "¡Qué cabrón!", pensé. "Realmente quiere comprobar si tengo poderes, y si no los tengo quiere quitármelo de la cabeza de una vez por todas."
Subimos a las colchonetas y Xavier se colocó en posición. Yo lo miré y le imité, inseguro. "Ya no me acuerdo de nada. Me va a pegar una paliza" pensé. Me estaba acojonando. Tener a un tío como él delante, sabiendo que de un momento a otro va a dejar caer una lluvia de golpes sobre tí, intimida. O mejor dicho, hace que te cagues de miedo. "Puede que lo haya imaginado todo. Puede que no tenga una mierda..."
Y entonces, cortando mis pensamientos con un puñetazo, avanzó hacia mí. Su puño me golpeó en el puente de la nariz y me aturdió. No había pegado con todas sus fuerzas a pesar de las palabras que le había dirigido Rafa. Se contenía. Evidentemente no se creía nada de lo que le habíamos dicho y se estaba tomando aquello cómo una broma.
De todas formas aquél primer golpe me dolió cómo mil demonios. Retrocedí un par de pasos alzando los brazos para cubrirme y entonces me ensartó con un gancho de izquierda en el estómago que me levantó del suelo varios centímetros.
A mi espalda podía oír a Rafa maldiciendo en susurros.
Xavier retrocedió para darme tiempo a reponerme, y quitándose la férula de la boca preguntó si ya había tenido bastante. Miró a Rafa, encogiéndose de hombros y volvió a mirarme, esperando una respuesta. No debería haber sonreído. Aquella mirada condescendiente me dolió más que todos los puñetazos y patadas que pudiera recibir.
-Ponte la puta protección -dije, señalándolo. Ya no sentía miedo. Ya no me intimidaba su altura. Ni sus músculos. Tampoco me intimidaba la interminable colección de copas, cinturones, medallas y títulos que se agolpaban en las vitrinas que nos rodeaban.
Se colocó la férula de nuevo y volvió a ponerse en posición. Entonces ataqué yo. Esquivó mis primeros ataques con facilidad y consiguió conectar tres o cuatro golpes que apenas noté.
Rafa se movía a nuestro alrededor, observando aquello con temor.
Nos movíamos sobre las colchonetas a una velocidad impresionante, cada vez más rápido. Xavier ya no conseguía conectar sus golpes y le estaba costando cada vez más esquivar los míos. No sé cuánto duró aquello -según Rafa estuvimos danzando más de cinco minutos-, pero terminó en en el instante en que conseguí conectar mi primer y único golpe. Un gancho de derecha penetró su guardia y le dió de pleno en la mandíbula. Se derrumbó cuan largo era, atontado y agotado.
Había noqueado a uno de los campeones de España y Europa de karate y kickboxing.

Xavier se quitó los guantes, el casco y la férula, y me miró desde el suelo. Pronto sus labios formaron una sonrisa y adelantó el brazo para que le ayudara a levantarse. Una vez en pie, mirándome a los ojos, dijo:
-No sé que es lo que ha pasado hoy aquí. Pero te aseguro que ha sido uno de los combates más duros de toda mi vida. Eso no ha sido suerte, has vencido porque eres mejor que yo.

Luego nos fuimos los tres a cenar y a tomar unas copas. Xavier tenía derecho a que le explicáramos lo que me estaba sucediendo. Además estaba impaciente por saberlo todo con pelos y señales. No nos hicimos de rogar.

Cuándo nos despedíamos, Xavier -que es un auténtico fanático de los cómics de superhéroes- me dijo:
-No olvides lo que dijo el tío Ben a Peter Parker. Un gran poder conlleva una gran responsabilidad.
Nos reímos los tres con ganas y cada uno se fué a su casa.

Llevo dándole vueltas a ésa frase desde ayer. No creo que sea tan fácil cómo en los cómics.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Despues de todo lo que habais contado de Xavier y de su psoterior derrota, no me esperaba una actitud tan afable de el. Deberia haberse enfadao o algo, no?

Apalaid dijo...

Ya era hora... estaba impaciente por esta parte.Genial como las otras.

Alejandro dijo...

¿Por qué se va a enfadar? Ha sido un combate limpio y ha perdido, no puede enfadarse. Es campeón de españa, y como tal, debe tener espíritu deportivo y aceptar sus derrotas. Veo la historia totalmente coherente.

Anónimo dijo...

La proxima pelea contra Sara... jajajaja, ya que estamos detalla mas las "peleas" nocturnas ehh pillin. Sigue asi hombre.

QuiveringStar dijo...

¿No debería haberle costado más para hacer la historia más interesante? Dejas demasiado claro el supuesto poder demasiado pronto. Sería mejor que solo funcionara cuando realmente está enfadado pero bueno, veremos como sigues.