9 de abril de 2007

Pensando en el mañana

He decidido que se lo contaré todo a Sara el viernes, no sería justo que se lo escondiera. Si voy a empezar algo serio con ella creo que es lo mejor. Además, no creo que pudiera llevar una doble vida cómo hacen en los cómics. En la vida real todo es mucho más complicado.

Aún no he tenido tiempo de pensar qué haré a partir de ahora, pero tengo claro que algo debo hacer. Siento cómo si estuviera en deuda con alguien o algo por lo que me está sucediendo, cómo si estuviera obligado a devolver un enorme favor. No tengo unos poderes vistosos ni con demasiadas posibilidades. No soy Superman, no puedo volar, ni tiro rayos o genero escudos de energía, ni nada parecido, aunque es cierto que aún no sé hasta que límites puedo llegar. Lástima que no existan los superhéroes de verdad, podría ir a pedirles consejo.
Tampoco sé qué pensar sobre las apariciones de Perro Negro. No sé si puedo considerarlo un enemigo. La verdad es que después de cada encuentro el miedo que me paralizaba se ha ido con él, y sólo ha quedado curiosidad. Me da la sensación de que me estudia, me vigila. Si de veras quisiera hacerme daño ya podría haberlo hecho. Parece que controla sus poderes, sean lo que sean: hipnosis, telepatía, control sobre el tiempo...

Luego he quedado con Rafa, se pasará por casa. A ver si él ve las cosas de otra forma y me echa un cable, porque estoy hecho un lío.

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