23 de abril de 2007

La Biblioteca Invisible

-Aquí se reúne todo el conocimiento que existe sobre nuestra civilización -dijo Juan Blanco caminando a mi lado. Gigantescas estanterías nos flanqueaban, fundiéndose con las sombras que crecían a lo lejos y sobre nuestras cabezas. Aquella biblioteca parecía el sueño febril de un aficionado a la lectura con todo el tiempo del mundo -, aunque no encontrarás ningún libro de historia que puedas comprar en una librería, ni ninguna biografía autorizada de los grandes hombres y mujeres que se supone cambiaron o influyeron en el devenir de nuestra historia.
"Ésta es la cuna del conocimiento de los eternos perdedores, de los pobres y de los perseguidos. De los incomprendidos tomados por locos. En resumen, Daniel, aquí está la historia inalterada, tal como realmente fué, cruda y sin aderezar."
Asentí sin comprender qué tenía que ver aquello conmigo mientras mis ojos seguían ocupados leyendo los títulos de los lomos a medida que avanzábamos, buscando alguno que reconociera. ¿Cómo podía ser verdad lo que decía? ¿Cómo habían podido mantener aquello oculto tanto tiempo?
-Sé paciente, Daniel, pronto comprenderás -dicho ésto se detuvo y sacó un voluminoso tomo de aspecto muy antiguo de un estante. Me lo mostró. El título estaba en latín, grabado en letras doradas casi ilegibles.
"Confesiones de Pedro -tradujo Juan Blanco para mí. Nunca había oído hablar de él, así que me limité a encogerme de hombros -. En éste texto se basan tanto El Nuevo Testamento cómo la actual Biblia, aunque casi todo lo que hay aquí escrito fue eliminado y sustituido. Lo único que ha llegado hasta nuestros días es la Primera Epístola de San Pedro, la carta bíblica dirigida a "los desconocidos diseminados por el extranjero", aunque con algunos cambios, cómo por ejemplo las palabras "vida santa", inexistentes en el texto original.
"Pedro empezó a escribir sus andanzas junto a Jesucristo de Nazaret después de renegar de él, arrepentido y sintiéndose culpable por su cobardía. Gracias a él hoy sabemos que Jesús no era hijo de Dios, sino un hombre común, un carpintero que un buen día despertó cambiado, dotado de unos poderes inexplicables. Cómo tú, Daniel, y cómo tantos otros a lo largo de la historia. Gente que intentó cambiar el curso de los acontecimientos, marcar ésa diferencia que tanto te obsesiona, y que fueron perseguidos, asesinados y olvidados. Según éste texto, Jesucristo sería el primer superhéroe del que tenemos constancia escrita, aunque es de suponer que muchos de los nombres que conocemos y que atribuimos a dioses o guerreros legendarios fueran también hombres cómo él."
Yo guardaba silencio, escuchando e intentando asimilar lo que me estaba contando. Nunca he sido una persona religiosa y me considero agnóstico desde que tengo uso de razón, pero cuando llevas unas semanas con poderes, alguien a quién nunca has visto te habla directamente al cerebro y te transportan de un lugar a otro en una milésima de segundo, empiezas a creer que todo es posible por inverosímil que parezca. Pero aquello era demasiado, sentí que el cerebro me iba a estallar. La realidad entera parecía estar quebrándose a mi alrededor. De repente me daba la sensación de que todo lo que conocía era mentira.
-Tómate tu tiempo, Daniel -dijo Juan Blanco, y su voz me tranquilizó un poco -. Tienes mucho en lo que pensar y sé que estás cansado. Vuelve a casa y relájate. Descansa mañana y piensa en lo que te he contado. Cuando estés preparado volveremos a vernos y empezaremos con tu entrenamiento.

Lo siguiente que recuerdo es despertarme en mi cama al día siguiente. El reloj-despertador marcaba las 17:03. Al principio pensé que todo había sido un sueño muy real, pero al salir al comedor ví el libro sobre la mesa, junto a la carta de los juzgados que aún no había abierto.
Me tomé un vaso de leche con nesquik y me volví a la cama.

No me he despertado hasta ésta mañana para ir a trabajar. Creo que nunca había dormido tanto.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta este toque, historico q le has dado a este capitulo, y esta genial q vayan entrando mas personages. Ya q se habia kedado un poco parada, con solo, xavier, rafa, i sara...
guais ^^

Anónimo dijo...

me gusta mucho este último giro de la historia...el ingrediente "místico" le da otro matiz a tu historia.

Anónimo dijo...

wow, este giro ha sido muy sorprendente :O

Un beso!

QuiveringStar dijo...

Me gusta la introducción de la biblioteca, quizás porque yo misma soy una bibliófila empedernida. Y que además coincida con el Día del Libro, St. Jordi, aún me ha gustado más (No sé si es intencional pero ha quedado muy bien).

¡Feliç St. Jordi y a seguir escribiendo!

Anónimo dijo...

hummm se va poniendo interesante esto... estoy impaciente por un nuevo encuentro y que nos cuente mas cosas :D. La biblioteca me recuerda a cierta biblioteca de un juego llamado "the longest journey" tambien un poco de este estilo de historia y en la comentada biblioteca conoce a la dragona blanca (¿juan blanco?), no se si te habras inspirado en el pero muchas coincidencias veo... ;)

Daniel Estorach Martín dijo...

No he jugado nunca al The Longest Journey, odio las aventuras gráficas desde que tengo memoria (incluídos los Monkey Island, ¡llamadme hereje! XD).
Será porque nunca he tenido paciencia para probar las mil combinaciones necesarias para avanzar y me sentía inútil :P

Hay tantas referencias en mi historia cómo cosas inventadas. 32 años de lector y máster de juegos de rol dan para mucho :)

Un saludo.

Babilonios dijo...

En la primera entrega los duelos a espada entre piratas eran, realmente, duelos de insultos, en los que se vencía cuando se daban las réplicas apropiadas. La enorme lista de insultos y "contrainsultos" fue escrita originalmente por Orson Scott Card, el famoso escritor de ciencia ficción.


HEREJE!!